EL PECADO
•El pecado comienza con engaño.¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.1 Corintios 6:9-10
•El pecado continúa con seducción. Entonces David ordenó que la llevaran a su presencia y, cuando Betsabé llegó, él se acostó con ella. Después de eso, ella volvió a su casa. 2Samuel 11:4
•El pecado te hace caer en la trampa.“La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría del fruto y lo comió. Génesis 3:6
Las acciones de uno que ha caído en la trampa: Se vuelve mentiroso y así como él fue engañado, también engaña, hace juramentos para salir de su mentira, traiciona a los que más le aman, pierde la cordura y el entendimiento de lo que es justo, olvida sus valores y principios, descuida sus responsabilidades de la vida y deteriora su aspecto físico.
Lo que pierde: Su identidad, su seguridad, sus amigos y sus finanzas. Le viene la depresión, el desánimo, espíritu de suicidio o muerte, culpa a otros de sus hechos, le llega un espíritu de miseria y pobreza financiera, le llega la baja estima, etc. ¿Por qué? Porque mientras no recapacitan, no se arrepienten o no arreglan su situación ante las personas que dañaron, también se hieren y se descontrolan emocionalmente, no pueden tener o sentirse en paz.
Solución para sanar y restaurar: Hay algo que se llama confesión. Aquí encontramos libertad, paz, sanidad, perdón, y se recupera de nuevo la salud emocional con el tiempo. “Si confesamos nuestros pecados Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”.1 Juan 1:9
Las oraciones de arrepentimiento en esta situación son muy importantes. Mire al rey David en su súplica por recuperar todo lo perdido: “Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.Salmo 51:1-2
Si alguien se siente abrumado por algo que ha destruido su vida por alguna causa y se quiere recuperar, déjame decirte que Dios es amor, Dios es perdonador, Dios nos ama y sigue creyendo en nosotros, simplemente necesitamos tener la actitud del rey David.
Tiempo para meditar:
¿Qué pecado te ha estado seduciendo?
¿Qué necesitas confesar?
¿Has tenido o necesitas tener la actitud del rey David?