NO PERDAMOS LA FE
¡Dios está con nosotros!
#1 ¿Por qué tengo que estar inquieto?
Ya sé, es difícil no estar inquietos cuando estamos experimentado mucho sufrimiento, muchas enfermedades, muchas penas, soledad y tristeza,¿no es cierto? Está bien, pero si nos mantenemos con Dios, en Dios y para Dios. Les aseguro que sus promesas son fieles y verdaderas.
Todo esto estaba pasando el rey David cuando escribió este Salmo, enfrentando mucha oposición de sus enemigos. Ahora nuestros enemigos no son las personas, sino que es algo espiritual, estamos teniendo una gran batalla, pero si Dios con nosotros ¿quién contra nosotros?
#2 ¿Por qué tengo que angustiarme?
Si claro, no es fácil, a veces se nos olvida y nos ponemos tanta angustia sobre nosotros; pero al final, si somos realistas, el angustiarnos no nos trae la solución; porque hay situaciones que nosotros no podemos darles solución, sólo es con Dios que encontramos la esperanza y seguridad, y la solución la da el mismo rey a quien este pasaje que hemos leído arriba.
#3 Alabemos a Dios.
Hagamos un canto de victoria que dé honor a su poder, decretando y cantando, creyendo que Él es nuestro Rey, que Él es nuestro Salvador, que Él es nuestra esperanza, que Él es nuestro Dios; y no hagamos ninguna tontería, ni nada que vaya a afectar nuestra relación con Él, porque eso sí sería peor, nos traería consecuencias más dolorosas.
Declaro lo que dijo y expresó el apóstol Pablo en sus pruebas:
Quizás así nos sentimos nosotros, como el rey David o como el apóstol Pablo, inquietos con todo lo que les estaba pasando; pero ellos se ministraban a sí mismos.
¡Les motivo a que oren y lean su palabra! ¡Es nuestra arma de guerra y de victoria! La Palabra de Dios nos da vida, esperanza, consuelo, paz, fe en medio de lo difícil; pero no debemos apartarnos de Él porque Dios es fiel.
Quizás muchas veces pasaremos pruebas, Él no nos las evita porque son sus armas para enseñarnos a ser pacientes y saber esperar, a creer más, a formar carácter y madurez; pero ¡ten por seguro que no nos abandona nunca!
Tiempo para meditar:
- ¿Por qué te has sentido inquieto o angustiado?
- ¿Has puesto tu esperanza en Dios?
- ¿Qué crees que Dios quiere enseñarte en estas situaciones difíciles?
- ¿Estás usando las armas de guerra que son la oración y la lectura de la Biblia?